Hola Alicia, gracias por tu mensaje - encantado de saludarte!
En primer lugar, es crucial determinar si estamos hablando de un asunto relacionado con el metabolismo (para lo que sería importante hablar con un endocrino). Si su proceso digestivo entra dentro de los parámetros de normalidad y salubridad, entonces comenzaría a explorar los mecanismos de pensamiento, ya que inciden de modo muy importante en los procesos alimentarios: el cuerpo refleja cómo piensa la mente que lo gobierna ('así pensamos, así pesamos'). Hay mucha documentación y bibliografía relativa a dietas (desde las proteínas y eliminación de dulces y grasas insanas pasando por la paleodieta) pero, insisto, el endocrino debe descartar razón física mayor.
La autoestima, el autoconcepto y la autoconfianza son tres cosas diferentes ('lo que me quiero'; 'cómo me veo/qué me merezco'; 'lo que creo que soy capaz de conseguir') aunque a veces se confundan con una sola. De hecho, pueden darse independientemente (con alta autoconfianza pueden sacarse notas académicas extraordinarias; con una autoestima simultáneamente subóptima, el cerebro entiende que 'no merece' cuidarse, por lo que recurre a autolesionarse mediante hábitos lesivos). Aunque las tres se expliquen de modo separado, la realidad es que no pueden escindirse limpiamente como si fueran compartimentos estancos.
La autoestima debería trabajarse conjuntamente con hábitos nuevos: los seres humanos funcionamos por costumbres a las que un día hace un tiempo nos habituamos sin siquiera darnos cuenta. Si, por ejemplo, una persona que lleva una vida sedentaria, comienza a salir a correr 5 minutos el primer día, lo más posible es que al segundo día o al tercero desista. Aquí es crucial que la persona que (se) está trabajando tenga el apoyo incondicional de alguien que sea importante para esa persona pues, cuando el cuerpo 'le pida' abandonar (el ejercicio, la dieta sana, salir con amigos al cine…) la otra persona le podrá empujar a hacer ejercicio una vez más. Y cuando una persona lleva 6 semanas haciendo ejercicio día sí y día no, a la séptima semana comienza a 'echar de menos' no hacer ejercicio: es entonces cuando se habrá sustituido un hábito que trae malestar (sedentarismo, apoltronarse en el sofá, cero actividad social o intelectual más allá de los estudios) por otro que trae bienestar (todo ejercicio aeróbico genera endorfinas que hacen que el cerebro se sienta bien, al igual que tras un abrazo, un regalo, una tarde con amigos, un chiste, la contemplación de un paisaje, por ejemplo). Y así con todos los hábitos lesivos.
Es importante generar acciones que estimulen su 'bien-estar' con acciones como las de arriba. Ahora bien, la decisión debe ser completamente suya (lo cual no quiere decir que deba estar solo en el camino). Aunque suene crudo, es mejor prevenir que el impacto de palabras o acciones contra su autoestima sigan lastimándola, ya que los humanos no estamos hechos de piedra: somos susceptibles, y de qué manera, a lo que piensan de nosotros las personas que nos importan.
Por otro lado, 18 años es un cerebro aún en evolución. Aunque la personalidad nunca termina de evolucionar, sí se estima que se es 'cerebralmente adulto' al llegar a los 25 años aproximadamente. Por eso es importante comenzar lo antes posible a cambiar hábitos nocivos.
Adicionalmente, es fundamental que halle una 'Misión' en esta vida: algo tan absolutamente grande e importante para él que, literalmente, no le quede tiempo de lamentarse o tomar decisiones que le lastimen. Esta es la única manera de motivarlo con algo que nazca de dentro de sí mismo, pues representa algo propio, identitario. Nadie más puede motivarlo -- eso solamente funciona (y parcialmente) con personas que 'esperan' que otros les motiven, haciéndolos por tanto dependientes de los vaivenes y humores de terceros, lo cual no es muy útil para su futuro y madurez. Es un trabajo duro, es un trabajo individual (pero no individualista) que exige tiempo y determinación y apoyo de su círculo (incluyendo el social).
Es importante igualmente descartar que haya depresión clínica: mientras la tristeza es experimentada por todos antes o después, la depresión es una situación que requiere una atención más cercana. Como la persona no se siente 'válida', no se cuida. Como no se cuida, se siente menos válida al mirarse al espejo, lo cual exacerba la tristeza. Romper esta dinámica es crucial para no tener que llegar a un estadio de medicación pues, aunque en situaciones urgentes puede servir, altera el equilibrio neuroquímico del cerebro para alterar la percepción subjetiva de lo que le pasa a la persona… pudiendo de hecho hacerle un día dependiente o adicto a la pastilla que todo lo cura. Además, la depresión impide metabolizar correctamente los alimentos, convirtiéndolos en grasa acumulada con una celeridad pasmosa.
En resumen: 0) Definir objetivos tangibles (p. ej. perder 1 kg a la semana, correr 3 veces durante 5 minutos a la semana) e intangibles (¿cómo me siento conmigo mismo hoy? ¿cómo quiero sentirme conmigo mismo el próximo domingo?). 1) descartar que haya problemas metabólicos con un endocrino y/u otro especialista médico. 2) Alterar hábitos empezando muy muy poco a poco: eliminar gradualmente alimentos nocivos, incrementar progresivamente ejercicio aeróbico (consultar con un cardiólogo previamente), incrementar gradualmente actividad social, hallar intereses, pasiones más allá de lo académico (encontrando algo que nazca de su propio interés). 3) Reducir exposición a mensajes negativos y destructivos, incrementar afirmaciones y lecturas y vídeos de logro y superación (de atletas, empresarios, viajeros, artistas…). 4) Crear un método personalizado de recompensas que premien semanalmente cada avance que se consiga (por ejemplo, un fin de semana con amigos en una casa rural y navegando con piraguas). 5) Buscar a una persona en una situación similar y que puedan reportarse y apoyarse mutuamente en sus progresos (por ejemplo yendo a nadar juntos). 6) Y un círculo de personas a su alrededor que le apoyen 110%.
Espero que pueda servir Alicia - haznos saber de avances cuando puedas!
Un saludo cordial,
G.